La Mayordomía Cristiana – Parte 1

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DOMINGO - 10:00AM & 1:00PM Worship Service | Miércoles - 7:00PM Servicio de Alabanza

by: JULIO GARDUNO

02/26/2024

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Aunque bien podemos tener muchas ideas de lo que es un mayordomo, creo que las Escrituras nos dan una perfecta idea de lo que este es:

“Un MAYORDOMO en el mundo antiguo era una persona a la que se le daba la responsabilidad y la autoridad para gobernar los asuntos de la casa”.

Un perfecto ejemplo de esto lo encontramos en el patriarca José. Aunque ignoramos el proceso y tiempo que hubo en medio, sabemos que Él llegó a convertirse de un simple esclavo en un MAYORDOMO de la casa de Potifar.

Administraba todo lo que había en el hogar y se le dio la autoridad para gobernar la casa de Potifar (Génesis 39:1-6ª). En su función como mayordomo, José era responsable de administrar bien la casa; no debía malgastar los recursos de la familia, sino debía de tomar decisiones sabias.

Aunque la MAYORDOMÍA tiene que ver demasiado con la manera que cuidamos, administramos y producimos todo aquello que esta bajo nuestro cuidado, un cristiano tiene el deber no sólo de ser un buen administrador sino tiene el reto de que en el cumplimiento de sus funciones como mayordomo su meta sea agradar a Dios.

La mayordomía cristiana tiene varios fundamentos, pero el principal de ellos lo que podemos identificar como: “El Principio de Identidad”, es decir: “Debemos de reconocer que Jesucristo es el Señor y Dueño de todo lo que existe”. Y el salmista nos recuerda esta verdad:“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” (Salmos 24:1).”.

En este fundamento debemos de aceptar que: Jesucristo es el Señor y Dueño de lo que soy; de todo lo que tengo; y de todo lo que hago. ¡Si!, Somos del Señor.

En este punto, cabe mencionar la necesidad de que el señorío de Cristo se establezca en nuestras vidas.

¿Qué es el Señorío de Cristo?

Un cristiano es una persona que voluntariamente afirma que Jesucristo tiene derecho, por CREACIÓN y por REDENCIÓN, de manejar cada detalle de su vida: “El cristiano se rinde incondicionalmente al señorío de Jesucristo”.

Si alguno afirma que es cristiano, pero no demuestra por medio de su vida que Cristo es el Señor de su vida y de las cosas que él posee, entonces tal persona deberia de cuestonar su sa;vación.

Existen dos razones principales por las que Cristo tiene derecho a ser Señor en nuestras vidas:

Primero, somos de Él porque él nos creó: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3). Aun nuestra vida se la debemos a Él. No hay ninguna razón por la que nosotros no debamos sujetarnos por completo a su voluntad.

Segundo, somos de Cristo porque Él nos compró con su sangre. Cuando el hombre pecó, Satanás “secuestró” el género humano y lo sometió a él. Pero los que por fe en Cristo se arrepienten y se convierten en cristianos son restaurados, redimidos y hechos parte otra vez de la familia de Dios. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª Corintios 6:20).

En muchas iglesias se habla mucho de la salvación, pero muy poco del señorío de Cristo y de la mayordomía. Muchos cristianos ─entre comillas─, alaban a Jesús como Salvador, mas no quieren que sea su Señor. La gran interrogante en esos casos es: ¿Cómo es posible que Cristo sea el Salvador de aquellos que se rehúsan a sujetarse a Él como Señor?

Los hombres deben comprender que LA SALVACIÓN es ese puente glorioso que los pecadores pueden usar para cruzar desde el reino de las tinieblas al reino de Dios, donde Cristo gobierna.

Que hermoso ejemplo tenemos de Saulo de Tarso, cuando se convirtió en cristiano, demostró la actitud que Dios desea ver en la vida de cada cristiano. Cuando le rodeó una luz del cielo, él cayó postrado en tierra y preguntó: “¿Quién eres, Señor?” Al saber que era Jesús, preguntó: “SEÑOR, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9.3–9).

En muchas “conversiones” las personas no son como Saulo, sino que se levantan, usurpan la corona del Rey Jesús y declaran: “Así haré yo con mi vida”. Tal actitud no cabe dentro del reino de Jesús. Cuando alguien verdaderamente se convierte en cristiano, Cristo es el Rey de su vida, Cristo manda en su vida, Cristo es Señor de su vida. Esa persona se convierte en mayordomo humilde y fiel de todos los recursos que Dios le ha dado.

Que Dios en su gracias y misericordia nos permita siempre tener presente que: “Somos del Señor”.

De todo corazón: Pastor Garduno.

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Aunque bien podemos tener muchas ideas de lo que es un mayordomo, creo que las Escrituras nos dan una perfecta idea de lo que este es:

“Un MAYORDOMO en el mundo antiguo era una persona a la que se le daba la responsabilidad y la autoridad para gobernar los asuntos de la casa”.

Un perfecto ejemplo de esto lo encontramos en el patriarca José. Aunque ignoramos el proceso y tiempo que hubo en medio, sabemos que Él llegó a convertirse de un simple esclavo en un MAYORDOMO de la casa de Potifar.

Administraba todo lo que había en el hogar y se le dio la autoridad para gobernar la casa de Potifar (Génesis 39:1-6ª). En su función como mayordomo, José era responsable de administrar bien la casa; no debía malgastar los recursos de la familia, sino debía de tomar decisiones sabias.

Aunque la MAYORDOMÍA tiene que ver demasiado con la manera que cuidamos, administramos y producimos todo aquello que esta bajo nuestro cuidado, un cristiano tiene el deber no sólo de ser un buen administrador sino tiene el reto de que en el cumplimiento de sus funciones como mayordomo su meta sea agradar a Dios.

La mayordomía cristiana tiene varios fundamentos, pero el principal de ellos lo que podemos identificar como: “El Principio de Identidad”, es decir: “Debemos de reconocer que Jesucristo es el Señor y Dueño de todo lo que existe”. Y el salmista nos recuerda esta verdad:“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” (Salmos 24:1).”.

En este fundamento debemos de aceptar que: Jesucristo es el Señor y Dueño de lo que soy; de todo lo que tengo; y de todo lo que hago. ¡Si!, Somos del Señor.

En este punto, cabe mencionar la necesidad de que el señorío de Cristo se establezca en nuestras vidas.

¿Qué es el Señorío de Cristo?

Un cristiano es una persona que voluntariamente afirma que Jesucristo tiene derecho, por CREACIÓN y por REDENCIÓN, de manejar cada detalle de su vida: “El cristiano se rinde incondicionalmente al señorío de Jesucristo”.

Si alguno afirma que es cristiano, pero no demuestra por medio de su vida que Cristo es el Señor de su vida y de las cosas que él posee, entonces tal persona deberia de cuestonar su sa;vación.

Existen dos razones principales por las que Cristo tiene derecho a ser Señor en nuestras vidas:

Primero, somos de Él porque él nos creó: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3). Aun nuestra vida se la debemos a Él. No hay ninguna razón por la que nosotros no debamos sujetarnos por completo a su voluntad.

Segundo, somos de Cristo porque Él nos compró con su sangre. Cuando el hombre pecó, Satanás “secuestró” el género humano y lo sometió a él. Pero los que por fe en Cristo se arrepienten y se convierten en cristianos son restaurados, redimidos y hechos parte otra vez de la familia de Dios. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª Corintios 6:20).

En muchas iglesias se habla mucho de la salvación, pero muy poco del señorío de Cristo y de la mayordomía. Muchos cristianos ─entre comillas─, alaban a Jesús como Salvador, mas no quieren que sea su Señor. La gran interrogante en esos casos es: ¿Cómo es posible que Cristo sea el Salvador de aquellos que se rehúsan a sujetarse a Él como Señor?

Los hombres deben comprender que LA SALVACIÓN es ese puente glorioso que los pecadores pueden usar para cruzar desde el reino de las tinieblas al reino de Dios, donde Cristo gobierna.

Que hermoso ejemplo tenemos de Saulo de Tarso, cuando se convirtió en cristiano, demostró la actitud que Dios desea ver en la vida de cada cristiano. Cuando le rodeó una luz del cielo, él cayó postrado en tierra y preguntó: “¿Quién eres, Señor?” Al saber que era Jesús, preguntó: “SEÑOR, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9.3–9).

En muchas “conversiones” las personas no son como Saulo, sino que se levantan, usurpan la corona del Rey Jesús y declaran: “Así haré yo con mi vida”. Tal actitud no cabe dentro del reino de Jesús. Cuando alguien verdaderamente se convierte en cristiano, Cristo es el Rey de su vida, Cristo manda en su vida, Cristo es Señor de su vida. Esa persona se convierte en mayordomo humilde y fiel de todos los recursos que Dios le ha dado.

Que Dios en su gracias y misericordia nos permita siempre tener presente que: “Somos del Señor”.

De todo corazón: Pastor Garduno.

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1 Comments on this post:

Rosa Perez

Pastor Garduño Bendiciones a todos:su escritura me llego a lo mas profundo de mi corazon a veces creo q no estoy tal vez haciendo las cosas bien como al Señor le agrada y al leer su escritura casi estoy llorando de alegria pq eso ciento por mi amado soy toda deel y para el AMEN GRACIAS