Que el Sr les bendiga. Este es el Pastor Garduno y estamos en el Día 17 de nuestro Ayuno de Daniel. Quiero animarlos a mantenerse fieles buscando el rostro del Sr durante este tiempo de ayuno; examinando nuestros corazones a la luz del corazón de nuestro Dios.

La meditación de HOY está titulada de esta manera:

Marcas del Crecimiento Espiritual

1. Humildad.

La humildad es una marca clara que evidencia un crecimiento espiritual. La persona que espiritualmente crece experimenta cada vez más su pecaminosidad y su iniquidad. Al igual que Job está dispuesto a decir: “He aquí que soy débil”; como Abraham dirá: “Soy polvo y ceniza”; como Jacob: “Menor soy que todas tus misericordias”; como David: “Mas yo soy gusano”; como Isaías: “Soy hombre inmundo de labios”; y como Pedro: “Soy hombre pecador”. Entre más cercas se encuentra del Dios que es perfecto en santidad, más consciente es de sus muchas imperfecciones. Entre más avanza en su caminar cristiano, más abraza las palabras de la promesa del Señor: “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad.” (2ª Corintios 12: 9 NTV).

2. Aumento de fe y amor al Señor.

A medida que pasa el tiempo, el creyente que crece en la gracia encuentra en Cristo mayor descanso y más motivos de gloria y gozo. Sin duda alguna, mucho fue lo que descubrió en Cristo al creer, su fe se sostuvo fuertemente a la cruz y a los méritos del Salvador; pero a medida que crece espiritualmente descubre un sinfín de cosas en Cristo que al principio de su conversión ni siquiera se había imaginado.

3. Santidad de vida.

El alma del creyente que crece recibe más dominio sobre el mundo, el pecado y la carne. Muestra extrema cuidado en no perder el control de su temperamento, de sus palabras y de sus acciones; se dispone para ser moldeado a la imagen de Cristo en todo y en imitar su ejemplo. No se conforma con los éxitos obtenidos, sino que: “…. olvidando ciertamente lo que queda atrás,” se proyecta “a lo que está delante…”.

4. Hambre por las cosas espirituales.

No es que el creyente descuide sus obligaciones en el mundo; ante por lo contrario las desempeña fielmente, con diligencia y consciencia. Pero las cosas que ama más son las cosas espirituales. Su experiencia es que las muchas cosas de este mundo pierden estima en sus ojos, y pasan a hacer insignificantes. Todo lo que sea espiritual ─las compañías espirituales, las conversaciones espirituales, etc.─ adquiere un valor significante para él.

5. Aumento de caridad.

El creyente que crece da muestras de un constante aumento en su amor para con todos, pero especialmente por los hermanos. El creyente que crece en la gracia mostrará gran interés por la salvación de los perdidos. Apoyará en cualquier esfuerzo o actividad la causa misionera y contribuirá que tienda a disipar las tinieblas espirituales en cualquier lugar.

Después de haber reflexionado es esta marca del crecimiento espiritual sería muy saludable meditar si es que estamos creciendo espiritualmente, y objetivamente visualizar cuanto ha sido ese crecimiento.

Los animo a crecer en el Señor. Bendiciones.